INTRODUCCIÓN
Dios ha llamado a la Iglesia Adventista del Séptimo Día a una misión profética y un mensaje redentor de las Escrituras, tal como lo declaran los Tres Ángeles de Apocalipsis 14:6-12. El Espíritu Santo empodera y dirige a la Iglesia en el cumplimiento de esta misión y en la proclamación de este mensaje. Dios llama a cada miembro de la iglesia a proclamar con amor el evangelio eterno utilizando los dones espirituales que Él les ha dado. También llama a cada entidad adventista a esta misión de restauración y redención.
El pronto regreso de Jesucristo nos impulsa a avanzar urgentemente en esta misión y mensaje adventista únicos. Lograrlo con éxito requiere una relación cercana con Dios, alimentada por la oración, nutrida por el estudio de la Biblia y fortalecida por la misión y el servicio. También requiere una identidad adventista fuerte y distintiva anclada en Cristo y Su justicia, junto con un profundo sentido de unidad a través del Espíritu Santo. Esto da a los adventistas del séptimo día una base sólida para su misión a cada nación, tribu, lengua y pueblo.
Todos los adventistas del séptimo día están comprometidos a cumplir fielmente el propósito sagrado de alcanzar al mundo y están conectados con el movimiento adventista de Cristo que es global en alcance, pero local en implementación estratégica. El plan estratégico I Will Go tiene una visión de gran alcance que busca alinear recursos con objetivos medibles y espera que todas las entidades de la iglesia y los miembros de la iglesia implementen sus propios planes de acción.
A través del poder y la autoridad del Espíritu Santo, la Iglesia Adventista del Séptimo Día se centrará en cuatro prioridades estratégicas:
COMUNIÓN
CON DIOS
IDENTIDAD
EN CRISTO
UNIDAD
A TRAVÉS DEL ESPÍRITU SANTO
MISIÓN
PARA TODOS
Estas cuatro prioridades son la base del plan estratégico I WILL GO para 2025-2030.
Objetivos y Metas
Los Adventistas del Séptimo Día se convertirán en discípulos espiritualmente maduros a través de la comunión diaria con Dios.
Afirmando nuestra identidad como hijos de Dios, estamos vivos en Cristo, arraigados y establecidos en la fe y la verdad. . .
La Iglesia Adventista del Séptimo Día está unida en el cuerpo de Cristo a través del Espíritu Santo.
Equipados y empoderados por el Espíritu Santo, los miembros y entidades de la Iglesia Adventista del Séptimo Día están comprometidos en la proclamación personal y pública.